El viento clama,
llegando del oeste
y de la mar.
Es un quejido,
cruel y lastimero,
¡desgarrador!
Gotas de lluvia,
de forma inesperada,
bajan al suelo.
El viento silba,
con voces inaudibles,
su melodía.
La lluvia besa
los labios tan mojados
por la pasión.
Pero a lo lejos
se escuchan las campanas
pidiendo auxilio.
Es por el fuego,
el viento es el causante
y arden tejados.
Algunas almas
se queman con las brasas
de tanta envidia.
El fuego sigue,
se mezcla con la lluvia
¡Hay temporal!
Rafael Sánchez Ortega ©
27/12/20
El viento y la lluvia son dos elementos esenciales y que cuando llegan con virulencia son capaces de formar el temporal de pasión y fuego que la naturaleza deja caer, sobre los hombres, de una manera alocada, como si fuera el galope desenfrenado de un caballo pura sangre.