susoermida

MELANCOLIA LACERANTE

Recuerdas aquel día que estábamos casi rozándonos los dos.

Tus caderas se iban hacia delante

buscando en mi la razón de una fuerza.

 

¿Lo recuerdas?

 

¿Si?

 

Recuerdas que despertabas la sed del sediento

y rompías los dormitorios llenos de estampidos de deseo.

Había unos hielos en los vasos de aquel mostrador.

 

Yo…

 

¿recuerdas?

 

Pasé mis brazos por tu cintura

y sentí la masa carnosa de tus aguas rígidas

haciéndose una ciencia química y matemática cierta.

Después nos hicimos el amor

escuchando el arrullo de aquellas olas.

 

¿Recuerdas?

 

Te abriste a mí y yo fui loza rota.

La piedra de tu cariño y de tu entrega

rompió los moldes de mis canteras.

Eras espacio abierto

y bala de deseo que me desgastaba.

 

Golpeo mis días y sello los túneles de mi vida

buscándote mujer sin nombre.

Te amé un día con olvido programado.

Ahora siento las olas de mi memoria

romperse en los acantilados de la melancolía.

No tengo el gemido de tu garganta.

El vital calor de tu piel

y el carnoso volumen de tus labios

permanecen en este tiempo que por mi pasa.

Y escriben sobre hojas pálidas y desiertas.

Y en mis semanas todos los días son tu nombre.

Donde estas hembra

que las horas que transito me preguntan por ti.