Nicolás FUENTE MONTANÉ

VINO A MÍ LA VID Y LA VIDA

Llegó un día de un año cualquiera

como esa emoción que fuera

inducida por el vino que corría,

llenando mis venas de alegría. 

 

La vida ya no era esa cosa seria 

en que tantas veces me aburría,

cuando en otras pareciera 

herirme con sus garras de fiera.

 

El racimo en rama doblegó 

igual que el vino a mi cabeza,

ese sol que vivía con el fuego.

 

Se deleitó la vid con su destreza

danzando la vida con el juego,

de cintura, de mi naturaleza.