Es la luz de tu mirada
rayos de sol a mi vida
y tu divina sonrisa
sutil reflejo de tu alma;
es tu voz bella alborada,
tu silueta tan divina,
manantial de aguas tranquilas
donde finco mi esperanza;
hallo en tu estremecimiento,
en ese tierno fulgor,
el camino más abierto
hacia indómita pasión:
hallo en ti mujer mi cielo
el Edén donde hoy estoy...