Yendo por la senda pedregosa,
me mira, una ardilla silenciosa
ya dispuesta, a su ramita saltar,
me sostiene la mirada al pasar.
Unos niños abandonan su escondite
pues, a la ardilla desean cazar,
un búho ulula ¡no niños! emite,
a la ardilla, no habéis de maltratar
¡Dijo el búho! Siempre podéis, al pasar,
a la ardilla saludar, ella corresponderá
con una piña de piñones para sacar.
A Ella, la cola alegre se le izará
si desde su altura os viera regresar,
veréis que, siempre, os reconocerá.