No, no existe amor que sea breve
Lealtad tan larga, propia de un lacayo
Con profundo sentir, jamás leve
Solo vive en aquel retoño
Que intento llegar al cielo
Haciendo mucho más largo su tallo.
No fue nuestra historia, tan corta
Fue ese vaivén de lo que somos ahora
Ecos de la risa, lluvia de la tristeza
Al final quedo el brillo de una aurora
Que la memoria del corazón, siempre porta.
Que tú me puedas olvidar, lo dudo
Que tu silencio aparente un andar mundano
No ocultara el dolor de hiriente enigma
De lo que nuestro amor, pudo
Y tu caricia portara un estigma, en la mano.
Me veras, en cada sitio y en cada lado
¡Pensaras! solo son vanas fantasías
Aunque te susurre mi voz en el pecado
Y se revele en tu presente, a quien más querías.