La humanidad en severo declive,
sin posibilidad de desviar su destino,
ha matado a la poesía;
la poesía ahora
sólo es un registro histórico;
hoy se valora -la poesía-
por no existir en la realidad humana.
Equivale a las pinturas de las cavernas,
un arte exquisito e irrepetible,
un recuerdo inmemorial,
presente para visitantes
y amantes de lo rupestre.
La agregación de los acontecimientos
originados por nuestra especie
es de tal magnitud,
horrenda,
que ningún parapeto sirve
para no vivir sus consecuencias
a cada instante,
...