Romey

Entre tú y yo...

Distancia que crece, madreselva envolvente, éxtasis de la imaginación incorrupta, pura cual luz de Luna, y aguda cruzada sobre las tinieblas y el dolor... Anochece, la mente cierra sus ángulos terminales fluyendo en el cauce salvaje que sale de mi vientre transparente...

... tampoco vi a nadie despues de volcar el cuenco, un agua de sueño yovió sobre todo lo seco, y pude ver luz fulgurando entre lo muerto, roto el pacto, unidos ambos a un ritmo ligero, acelerado, corriendo contrario al régimen de tiempo impuesto por supuestos impostores superpuestos al caos absorvente de este pensamiento que se me dilata y ata mis ansias a un frío inmortal, adentro de mí, inmerso en el corazón más hondo de la noche de nuestro bautismo... 

... busco una respuesta buena, un alivio para sanar el pesimismo invasor, y meter en cápsula hermética al vampiro que neutraliza esta frenética energía... La técnica evolutiva, la tecnología avanza y va recta y desviada como la mirada de la temida estatua que vigila envuelta en plata y vida... Ahúyento depredadores siendo la yama que da forma a las estreyas, guerreras siempres invictas, haciendo presencia y demás en la bataya porque se aman de más, es lo que hay en la laguna, una Luna blanca, pálida de desgana, desidia, y me da el saber de que soy yo eya misma, miserable víctima, una voz incomprendida, un aire que suena suave contra el silencio metálico que colma el espacio de amargor, de los yoros angustiosos por mi corazón, que, perdido en alguna parte de mi cuerpo, camina hacia nuestro encuentro repitiendo el eco del canto que hace el viento al pasar entre nosotros sin separarnos, si juntarnos lo máximo, y sentimos la conexión como algo mágico, armonioso, y muy beyo, tanto como los sueños que delirando al unísono creamos iguales, diferenciándonos de los pobres marginales malvados adictos al acto criminal de dejar de amar, pero entre tú y yo ya nadie cabe, solamente el aire, las ideas que la mente agita al moverse, al nacerle la vida en total oscuridad, en la nada donde surgirán las sombras que mi soledad proyecta, soles de alma o estreyas que pasan raudas entre yo y tú sin mirar nunca atrás ni aspirar el espíritu de la luz original, infinita oriflama... 

Todo pasa, no pasa nada

Entre tú y yo un abismo superable, tu insondable rastro surcando el cielo, velado en un lado del todo bailando el Amor... 

Triste despertar consciente... Construcción de un ideal primordial entre la locura del hombre arruinado, mas ayá de la humiyación inmisericorde un cosmos de papel y barro, y el hacedor apartado en otro cuarto, trás la esquina final, contra el muro interminable de la noche, que se esconde en los ojos insomnes de los seres de sombra y yamas...

...aislamiento del razonamiento lógico, separación de todos los sistemas de lo obvio, un objeto tranquilo esquivando las corrientes, los achaques, los azotes crueles de la muerte, madre fiel, y al arder fuego en esta mirada vidente si mi alma se siente especial, yena de espírita gracia, y exenta de la rabia, pasada la mala etapa...

Entre nosotros un armazón opaco, un temor blindado, un corazón metido en una profunda gruta manoseando sueños fracturados para dárselos a la Luna y ganarse su amparo...

... tarde, descubrían la reliquia del filósofo, una pequeña pieza de oro dentro, en lo hondo, existiendo simultánea a esta realidad (entre nosotros...)...

... y pasan los soles sobre el tiempo relajando al monje y templando el agua hirviente en el templo, la ira del día que ocurre, las ruínas grises y las hiedras trepadoras mojándose en la piel jóven del viejo...

... pero adónde irías con un agujero en el alma, dilapidando tu fortuna, clamando por un infarto fuerte o algo peor? Atiende al baile de la sierpe y ve delante antes de caer otra vez bajo el cierre irreal del mundo al revés, que es lo que hay y casi más nada...

Traspasa la sombra un rumor mudo, renquea la noche vagabunda y hay una doble Luna amasando la carne desnuda de nuestro cuerpo común, y es bueno esto, perdura la perfección, somos eternos, infinitos desteyos, briyos del fuego místico entre las estreyas, en este cielo que con gracia nos fascina fantásticamente, sobreviviendo siempre la mente, salvando el abismo, la muerte primera, el sabor del veneno ácido en mi lengua, para no volver a estar igual y hacerme mejor en tal instante mágico, y nunca más dejarlo escapar de mis manos, que vuele cual pájaro en yamas al renacer ya inmortal, intocable... Será así compensada la ingrata soledad que ata mi alma intacta a una estaca, a una cuerda desatada, a la rueda de la vida y su ciclo fatal...