Vives en mi...
a pesar de que te has ido sin decir nada con la mirada pálida con un par de lágrimas recorriendo tus mejillas mientras partias a otros rumbos.
Albergas en el interior de este ser testarudo que te escribe entre sus palabras te añora como un niño tratando de alcanzar una galaxia en sus manos y trata de mirarte aunque no pueda así como los cerdos no pueden ver las estrellas.
Un estamos en sincronía entre los recuerdos.
No puedo culpar a la muerte en su decisión ni tampoco puedo maldecir al tiempo que te dejó ir.
vivido intensamente cada dia sugue latente la idea de encontrarte en otra vida como aquel conde soñando con su ángel que le fue arrebatado.
Por la eternidad de éste sol opaco,
con las nubes llorarando a mis espaldas seguiré de largo este caminó fortuito.
Mientras abracé por ultima vez antes de que te fueras entre la neblina.
Quedaron en Mute los poemas de Miguel.
Dejaron las resacas aquéllas estrofas tristes de Fran.
Dejaron el refrán para el recuerdo como Lúdico.
Y aun entre esta asmosfera húmeda de bosquejos urbanos con paredes llenas de fisuras que ni el lastre pudo remendar como diría un tal Alejandro.
Cierro los ojos,
respiró profundamente,
Me dejó llevar por la caricia de las olas que albergan tu figura destilo majestuosos versos.
Recuerdo su cuerpo.
El contorno de sus ojos.
Su voz armoniosa.
Sus suaves manos ocultas detrás de estas estrofas en las cuáles te revivo al soñar contigo y a la mañana despertar con Soledad.