(Fragmento)
... Ves, no siempre las campanas suenan a rebato
y su voz es no solo alegría, sí, desconcierto o llanto.
Las campanas se han quedado lúgubremente sonando
quizá con olor a soledad, a ausencia inescrutable.
Doblan las campanas y doblarán irreversiblemente solas
si no trepamos las torres blancas del anhelo
si no batimos como locos todos los badajos broncíneos,
si no sacudimos los cabos y soltamos todos los tañidos.
Doblan las campanas y doblarán irreversiblemente solas
por el paso final de lo que no fue y no será, para siempre.
Bolívar Delgado Arce