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CanĂ­bal

 

Quien es libre de culpa, tire la primera piedra…


El,  que deseaba comer piel  y de otro que quería ser comido.

Tropezase los dos en el mismo destino…


Ya no hay vuelta atrás, tus deseos son los míos…

Siento escalofríos…por ti corre sangre, después del bocado

Que he tomado como mío.

 

Tu piel, tan  fría como hielo sucumbe a mis deseos…

 

Vaga esta tu vida y  la has ofrendado a la mía…

 

Sombría historia  de amor y muerte

Sin atreverme a juzgar,

Tal vez…si esto ocurrió… será porque tenía que pasar…