Hay miradas tentadoras
que causan preocupaciones
y buscamos descifrar
cuales son sus intenciones.
Otras son tan penetrantes
que nos llegan hasta el alma
y en unos pocos segundos
podemos perder la calma.
Las miradas sospechosas
tienen un raro mensaje
y nos pueden despertar
una actitud salvaje.
Cuando una mujer nos mira
fijamente y con mucha decisión,
no debemos preocuparnos
porque no hay mala intención.
Una mirada muy atrevida
se observa sin decir nada
y esa mirada es normal
en una mal educada.
La mirada de reojo
es la mirada discreta,
que solo busca observar
nuestra cara y silueta.
La mirada que es alegre
es como un bello emblema
y así mira la persona
que nunca tiene un problema.
Una mirada triste
tiene una explicación,
porque ella es producto
de alguna preocupación
. Autor: Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,18/05/2021.