Alfredo Saez

-El Territorio de Luis Suárez-

 

 

Humanos, nos conducimos subsidiarios de cánones,

estructuras psíquicas  de acciones las más diversas

contenidas en la unidad gestáltica de nuestras acciones,

fragmentos del Ser en irracionales pulsiones conversas.

 

Allí, los científicos de probetas, son pasionales del fútbol

y licenciando hipótesis, protestan recios un fuera de juego;

 ó albañil que levanta una pared pensando en un grito de gol

 y sutil bailarina en pas de deux volantea a su vez arte y ego.

 

El fútbol atrapa públicos por espejo e imagen de la Vida:

al crack uruguayo L.Suárez, infieles lo exiliaron del Barcelona,

nobles grandezas y grises miserias, voluble corazón que las anida

y ahora valijas a Madrid para reivindicar nombre y una corona.

 

No buscó Luis  venganza a la soberbia desde las Némesis

sólo eyectar con probanzas el descalificante juicio ajeno,

vindicante de ser el dorado Nº 9  europeo por auténtica tesis,

viñatero de glamorosos goles ¡Campeón español en el terreno!

 

Fenomenología deportiva que nos lleva analíticos a comparar

amnesias de temporadas brillantinas en éxtasis de ahítas tribunas

blasones de ardientes colores tremolan en sufridas victorias encarar  

¡Alirón el  Aleti! con los impactos de Lucho, la Copa y alegres las tunas.

 

El Síndrome  de Hubris castiga con el destierro a los lelos verdugos

del supremo goleador, goles de unción que sellan calidad e hidalguías.

Los  culpables felones  padecen los dolores de penetrantes  tarugos

que también la Justicia deportiva  castiga y sentencia esas felonías.