Me dijiste, mujer, que me querías,
y pediste también que te quisiera;
y te amé con ardor, a mi manera,
embriagado en sublimes fantasías.
Disfrutamos excelsas alegrías
que provocan pasión que desespera;
y vivimos los dos la gran quimera
de adorarnos en plácidas orgías.
Fue tu amor y mi amor la primavera
que llenó de esplendor aquellos días;
fue canción que nació por la pradera
con las rimas de tiernas poesías;
fue la brisa mas dulce y placentera
que nos dio de ilusión sus ambrosías
Autor: Aníbal Rodríguez.