En la casa labriega
que hay en la montaña,
rodeada de almendros,
amapolas y albahacas,
crece feliz la niña pequeña.
junto a sus abuelos.
En esa casa labriega,
por el invierno
caen muchas nevadas,
la niña juega con los peces
en los arroyuelos,
es la nieta de sus entrañas,
a la que quieren con toda su alma.
Y enfrente está el mar,
al que le niña le mira
con toda intensidad.
Cuando se despierta,
siempre mira al mar
porque dice haber visto
a una sirenita nadar y jugar.
Al atardecer
el abuelo sienta a la niña en su regazo
y le cuenta cuentos
de lunas y estrellas,
mientras va llegando
muy lentamente el anochecer.
Abuelito, abuelito
cual es aquella…
Aquella se llama
¡ la Osa Mayor!...
Y aquella otra
¡ la Osa menor ¡
El abuelo enseña a la niña
todas las estrellas,
con todo su amor.
Abuelito, abuelito
¿Es la luna buena?
¿le trae caramelos a las niñas buenas?
Sí, mi reina,
caramelos, peladillas
y confituras de almendras,
y si te portas bien
tambien te traerá
esa linda muñeca
que tanto deseas.
Y asi la niña
se duerme soñando despierta,
sueña con la Osa Mayor,
con la Osa Menor,
t con todas las estrellas…
Pero sus mejores sueños
son para la muñeca
que tanto desea,
y que cuando se la traigan
los Reyes Magos,
o quizá una estrella,
la pondrá de nombre Princesa…
JOSE LOPEZ MATEOS