Fue denostado, vilipendiado, tergiversado y humillado,
y el callo, asintió y hablo solo en el campo,
Es mi obligación como sufridor , colchonero y Atlético,
loarle, vituperarle y mostrarle mi agradecimiento.
Porque esas lágrimas de rabiosa furia,
a los suyos no se inventan,
son las lágrimas del Tigre, de la bestia,
que por fin corre ,vuela y escapa de su jaula.