su paso lento me indicaba que era ella,
con su pelo de plata por los años
y su rostro marcado por la pena.
Era un ir y venir de los Domingos
muy puntual a la cita con el templo,
su vestido planchado con esmero
y sus zapatos pequeños que hacían juego.
Sus ojos tan atentos a los rezos
en los que ella ponía toda su alma,
para evadirse de la enorme carga
que le depositaban los recuerdos.
Siempre la contemplé cuando llegaba
como igual la veía si se marchaba,
pues su sola presencia era un calmante
de aquellas frustraciones ya pasadas.
y nunca me olvidé ya de su cara,
por que no escondí nunca el sentimiento
que hizo que con el tiempo más la amara.
Se que tuvo sus hijos y los quiero
por que tal vez son un poco míos,
aunque suene como un desafío
lo digo con el corazón sincero.
Tantos planes hicimos tantos planes
que la llevo a cada paso de mi vida,
dejo sembrada una tristeza tan grande
tan grande como nuestra despedida.
Su vida fue muy desgraciada
nunca encontró el amor ideal,
y aunque parezca una historia ya trillada
creo que a mi también me paso igual.
Nos equivocamos al dejarnos
hoy lo supe , que dolor y ya es muy tarde,
hoy lo supe en el momento en que la ví.
09-08-06