Contando el sonido que resuena tic-tac en el reloj de pared, se asemeja a la gota de agua que salpica en el lava platos, un sonido inquietante, un leve y abrumador sonido que viene desde la cocina al momento en el que observo por la ventana el frío invierno que se acerca con un feroz viento.
La luna parece tener frío, pues la niebla la hace suya, tal cual es la manera con la que se atraviesa borrándola de toda visión; mientras yo, observo hacia el horizonte, detalló muy en el fondo el color que tiene la noche, no es como siempre suele ser, no es tan oscura, es tan extraña que entre el frío y la niebla le hacen perder su gracia.
Ya no se cuantas veces conté aquel tic-tac, ya perdí la noción del tiempo, perdí hasta el sueño que sentí por el cansancio, ya me siento parte del insomnio que quizás más tarde me esté atormentando, la noche me acompaña y yo solo le escribo un poema, mientras en la habitación la cama está vacía, espero un rato más y sigo observando el cielo sin estrellas.
Tic-tac el tiempo se está consumiendo, ya es un poco tarde debo tomar mi descanso y amanecer como si estuviese nuevo, hoy la noche no estuvo tan hermosa, pero siempre hay noches en las que hablo con el susurro del silencio, esta noche hable con el viento, quizás estaré algo loco, pero me dijo que el frio viene sin contratiempos.
Henry Ruiz
24 DE MAYO 2021
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