Rabia II
¡Perros!... ¡Perros iracundos!
con ojos desorbitados ladran mudos
en noches de menta y plata.
Se me pudrió la masa encefálica
los sesos los tengo negros y los ojos rojos
las manos me tiemblan, y trastabillando avanzo
siempre nervioso, siempre me roen las hormigas
desde adentro.
El amor se vuelve veneno, la familia desdichados defraudados
que juegan a quedarse aunque hace mucho que se fueron
viajo desde hace tiempo solo en el camino de espinas…
y llegara el momento de gatear de nuevo y ahora habrá hoyos
también en los ojos y en las manos
en el pecho y la lengua
Me gasté y me cansé de seguir, la esperanza muere también
todo lo hace, un día el universo también se secará…
¿por qué no soplar la vela de una vez?
porque mantenerla encendida, es capricho dejarla arder sola
dejarla reducirse y fingir que tiene algún sentido que exista el fuego
En el alma tengo heridas que se infectaron con las uñas que siguen enterradas
sigo lamiendo sueños y siluetas que solían tocar mi cuerpo antes de que caducara
la vida se me sigue hiendo
aunque trato de esconderme en las esquinas
se va haciendo cada vez más breve y yo más desesperado
nada puedo hacer y desde que tengo memoria eso me causa
la más grande y absoluta rabia.