siempre habrá otros menesteres,
otros labios y otras manos,
otros países y otras voces.
siempre tendremos cicatrices incendiadas
y todas las lunas en el cielo de maracaibo,
islas de atardeceres, bandadas de mariposas...
siempre tus piernas tendrán laderas blancas
y lunares. siempre el viento golpeará las empalizadas
y yo siempre volveré a ti por las calles más estrechas.
siempre tus ojos serán vacaciones para mi tristeza,
estrellas fugaces, flautas, agua contra mi armadura.
siempre serás el relámpago que asusta a los gatos.
y siempre, siempre tendremos un ocaso
donde mirarnos, donde podrás aparcar tu cabeza
y tus sueños en mi pecho convertido en orilla, en playa.