Pues clavé mis pasos
para que no te siguieran.
Arranqué mis brazos
para que no se entregaran.
Hundí más mis ojos
para que nunca lloraran.
Amarré mi lengua
para que no lo dijera.
Pero todo es espontáneo e impredecible
en estos tiempos.
Aquí estoy bajo los vientos, agarrado de ti
como bandera.