Es una palabra fácil de decir pero difícil de aplicar en nuestra realidad, y si aún no creen que sea real lo que digo voy a dar unos ejemplos.
Día a día nuestro mundo vive en constante violencia contra los animales, las mujeres, los niños y niñas, la naturaleza, los adultos mayores y podría seguir nombrando muchos otros daños que existen en esta sociedad.
Ahora, según los puntos anteriores quiero preguntarles lo siguiente, ¿ cómo podría una mujer que fue golpeada, amenazada y violada perdonar a su agresor?. Es un daño irreparable el que le causo, ahora esa mujer no confiará en los hombres, no se enamorará de nuevo y tampoco se sentirá segura al caminar sola; es una situación demasiado complicada.
Ahora, ¿ cómo podrá un niño o una niña perdonar aquel familiar que también abusó de ellos?, sentirá mucho odio hacia sus padres porque no supieron mantenerle a salvo o peor aún cuando son sus propios padres quienes causan este daño.
Y ahora pensemos en esas personas que maltratan a los animales, que excusa va a sacar la sociedad ante tal acto cruel hacía un ser indefenso, al igual que los niños.
Tienen tanta perversión en su vida y corazón que corre sangre fría para hacer tal cosa.
Todos podemos decir que perdonamos al prójimo, pero cuando ese prójimo te lastima, ¿podrías perdonarlo?.