Elogiada por las miradas,
como reina majestuosa
que bajó de su carruaje
y caminas primorosa.
Te envidian las princesas
de cuentos de hadas,
no necesitas corona,
basta tu bella mirada.
De las flores, el aroma,
el marfil en tu sonrisa,
la elegancia de tus pasos,
a todos nos hechiza.
¡ Mujer preciosa !
pensando en tus labios,
humildemente…
te traje una rosa.
© Saulo García Cabrera