Un buen día,
nuestros caminos se cruzaron,
y al instante
supe que el infierno venia
en pos de mi alma vacía.
Un buen día,
las fantasmales sombras
me alcanzaron
cuando me besaste.
Un buen día,
tu sonrisa
sembró en mi pecho
lúgubres flores…
Y eso se lo debo a un buen día.
Guisseppe Guevara Flores.
D.R.