La brisa es como una dama
que me vive acariciando
y de tanto acariciarme
ya me estoy enamorando.
Al caminar por el campo
la brisa me va agradando
y al sentir que me seduce
con ella me voy flotando.
La brisa es muy delicada
nos envuelve a su antojo
y cuando ella me abraza
tengo que cerrar los ojos.
La brisa nos trae aromas
que refrescan el ambiente,
porque nunca se detiene
su paso es intermitente.
Es la brisa por las noches
la que trae de las montañas,
el rico aroma de las flores
hasta mi humilde cabaña.
La brisa me coquetea
cuando ella pasa silbando,
es porque la brisa sabe
que me estoy enamorando.
Lo he vivido muchas veces
y lo digo con mucho agrado
he sentido que la brisa
muchas veces me ha besado.
La brisa a cualquier hora
es muy alegre y melosa
y yo siempre la veré
como una dama amorosa.
Autor: Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,21/05/2021.