Aprovecha el momento cada día
que raudo pasa el tiempo, hora tras hora;
regresa pronto sin tener demora
y no pierdas el próximo tranvía.
Aprovecha y no ceje tu porfía,
la soledad transcurre y nos devora;
como el agua la vida se evapora
o el alma que sin ti se muere fría.
Así, quité a mi puerta los cerrojos,
en dedeo de ser feliz contigo
dejé en el olvido mis enojos.
Ahora nada busco ni persigo
si tengo la mirada de tus ojos,
y el aval de tus besos en mi abrigo.