La música inunda
mi sangre
y me ahoga
y se bifurca,
y se hace sombra y luego
se hace luz que estalla
en la penumbra
de nuestro lecho
abandonado.
Presumo es el amor que deje libre
y trata de ahogarme de suspiros banales.
Vagando me olvido
de vivir la pesadilla de olvidarte.