Un día me encontraba muy triste…
Salí corriendo de mi casa y subí a lo más alto que pude para poder estar solo.
Me acosté mire al cielo, el cual se encontraba lleno de estrellas de todos los colores…
Me desahogue como nunca lo avía hecho en toda mi vida.
Al terminar le pregunte a mi Dios si me avía escuchado…
Solo se escuchaban los grillos en el silencio de la noche y al mirar al cielo…
Mis ojos vieron como de la nada apareció una nube en medio de aquel inmenso cielo.
Esa nube crecía cada vez más y más grande.
De mis ojos salían lagrimas una detrás de la otra.
Que luego recorrerían mi cara hasta caer al suelo y desaparecer…
Al ver que tan grande es nuestro Dios.
Cerré mis ojos y me seque mis lágrimas, al mirar nuevamente al cielo…
Avía un Ángel de más de 20 metros de altura formado solo por nubes que me miraba fijamente.
El cual se desvaneció con el pasar de los minutos.
Solo quedo una simple nube la cual fue alejada por la brisa de la noche.
Hasta perderse en el firmamento.
Esa experiencia cambio mi vida para siempre…
Y ahora me hiso ver el mundo de otra perspectiva.
Gracias mi Dios por estar siempre conmigo en los momentos más difíciles de mi vida.
Y por tener uno de tus Ángeles cuidándome a cada momento.