(Verano del 2010)
La Costa Azul…
La riviera de la luz persiguiendo la luz…
Litoral que se extiende
desde mi cuerpo en ti.
Niza, reliquia
y odisea de crepúsculos.
Soy este litoral de amor
que te escolta en cada aurora
y su envés de penumbras.
Cannes, levedad casi mar
todavía inagotable para mí.
Ahí donde el cangrejo
de arena y sol es presagio del mar.
Donde el faro cómplice de ayeres
hace guiños de sombra
y hace guiños de luz.
Donde el Mediterráneo
se dobla entre cuchillos de la historia,
mientras las gaviotas van retornando
convertidas en niebla cada tarde.
Saint Tropetz,
aglutinado de anclas,
arqueado en lo invisible,
en donde el muelle espera
direcciones olvidadas.
Y la luna…
cae vuelta red al agua.
Y Montecarlo, jugando a ser mar,
sosteniendo los arrecifes del azar.
Y Mónaco, severo de ayeres
juego de muchas lunas
transparentadas por la historia.
Y tú y yo, anclados piel a piel,
curtidos de cielos,
navegantes del deseo sin itinerarios,
litoral compartido del azar.