Arribé casi sin querer a la edad provecta
El músculo bíceps no vibra tan potente
Capaz aún de levantar tonelada insurrecta
Fuerza mía, coquetea con su básica mente.
Mis fatigas no son de hoy, vienen de lejano ayer
Acumuladas en la dura necesidad del jornalero
Con fragua y marrón… y la fría mirada del ujier
Apenas rodeado por la fratría del fiel compañero.
Triste jubileo yace en mi. Muy peor es en otros…
Los de ignorados cansinos lamentos sin punto final
Aunque el calvario decisorio no fue pus de nosotros.
Imagino mi licencia cesante sin el vil salario inmoral
Certificado por años y décadas de gran energía y acción
Venga el vitalicio asueto ¡de epicúrea nueva contemplación!