Alfredo Saez

-La Contemplación-

 

Arribé casi sin querer a la edad provecta

El músculo bíceps no vibra tan potente

Capaz aún de levantar tonelada insurrecta

Fuerza mía, coquetea con su básica mente.

 

Mis fatigas no son de hoy, vienen de lejano ayer

Acumuladas en la dura necesidad del jornalero

Con fragua y marrón… y  la fría mirada del ujier

Apenas rodeado por la fratría del fiel compañero.

 

Triste jubileo yace en mi. Muy peor es en otros…

Los de ignorados cansinos lamentos sin punto final

Aunque  el calvario decisorio no fue pus de nosotros.

 

Imagino mi licencia cesante sin el vil salario inmoral

Certificado por años y décadas de gran energía y acción

Venga el vitalicio asueto ¡de epicúrea nueva contemplación!