La luna se mete por los cristales
es la misma luna tibia del verano
pero el frío, endurece mi cuerpo
como los años, implacables
como los fracasos, imperdonables...
Esa luna, la misma del verano
es testigo
de como, miro las manos
dejandolas como están.
Del papel, en blanco, cruel
semejando un túnel
que lleva a otros lugares.
La mente, me invita
al pesado vuelo de los cisnes
hacia la libertad..., la luz
desgarrandose de mí...
hacia la libertad y la luz
de esa ventana
testigo, junto a la luna
de mi quietud.