Me inventé una cara y una cruz para ver al rebaño arando la tierra de éste mundo, en estado de coma. Y me puse sus zapatos, caminé por el azar de sus memorias infinitas. Un siglo de mentiras macerando vidas en aguardiente y parafina.
Y nada sale de su boca ardiente, ni volcanes, ni cenizas. Todos pierden fajos de piel herida, mientras el mundo en coma, sigue. Todo es sol o lluvia, todo calla o muere.¡pregúntale a moises, si se abolió la esclavitud!.
Da un paso al frente, ¡tómate el tiempo que quieras! Al silencio no le importa si canta el ciervo en su ventana o si las calles se unieron y cruzaron la espina vertebral de tú pandemia.
Si hay luz o sombra en el viñedo, si hay miedo en la hazaña o gritos en la cocina. A quién le importa si hay almas vacias chachareando en la oficina o mucho intelecto perdido en la plaza o en la cervecería.
Si el ojo del mundo quemó sus pestañas con los petalos multicolores de la tecnología y si el mundo no despierta, será que el tiempo te regala una cadena perpetua.
O una sentencia light de casa por cárcel, da igual, estás preso. ¡Quédate en casa! Y empieza el juego consume, usa al delivery, compra online ¡gástalo todo, vacía tus bolsillos! Satura tus cuentas, colapsa y ponte la zoga al cuello.
Juega al covid y enferma, pero no mueras porque continuarás haciendo rico al que ya lo es, al que te convirtió en el esclavo perfecto, su rata de laboratorio favorita. El que paga su rolex, su yate, su confort. Serás la generación x, y, o z, ¡ que importa , el daño está hecho.
Mbf@vicsof 31521.1:am