Aclamo tus pasos en tierra santa,
Ven acompáñame en blanca piel
Para de tierra y sonrisas vivir,
Ver juntos el amanecer,
En aquel balcón de Carey;
Mientras en tu templo adoro mis dioses,
Y tú en el mío los demonios.
Después de esta vigilia,
Tu mirada concebir,
Darte de regalo el sol,
Que he encendido para ti.
Mi vida ven con tu luz al altar,
Que quiero estar contigo hasta el ocaso de mi vida,
Para, durante el día, por nuestros dioses y demonios ayunar.