Sufrimiento a sufrimiento
escalaste tu montaña. Que
ahora te vengan con reproches,
o con desaforadas alabanzas,
poco ha de importarte. Dejaste
certeros unos cuantos poemas,
llenos de celo, como gavilanes;
poco, o nada, ha de extrañarte
que ya en la cima, no encontraras
más pasión que tu calma, o más
deseo, que la lectura o tu escribir.
Entonces, descarta para siempre,
amores o amantes, de tu fantasía.
En tu vida, para ellos, no hay cabida
ni segundas oportunidades-.
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