Axel Dueñas

Las canciones de mi madre

Siempre he tenido

la profunda sensación

de que las canciones de mi madre

me evocan el misterio de la tarde.

 

De niño, cuando mi padre trabajaba

y llegaba hasta la noche,

mi hermano y yo

nos sentábamos frente a la mesa para hacer la tarea

y mi madre prendía la radio

para hacer sus quehaceres.

Recuerdo que de pronto de la radio

una canción sonaba,

llena de misterio,

mientras yo miraba a través de la ventana

un sol que caía

pintando las paredes de un morado delicado,

y el aire que barría el polvo del patio

como si fuera un viejo silencioso.

 

Y aunque apenas puedo recordar más elementos

de estas tardes, que fueron tantas,

en mi memoria solo es una.

 

Cada vez que escucho

las canciones de mi madre 

estoy así, de nuevo, niño,

esperando que llegue mi padre,

con mi hermano,

viendo la caída de la tarde.