Ya han pasado las nueve de la noche. La regle advierte…
Que después de la hora señalada. Me es imposible verte.
La puerta se cierra, con doble cerrojo, además de pasador.
Medida absurda, para dos enamorados, que deja sinsabor.
Quiero hacerte el amor, sin más excusas, sin más espera.
Siempre me esquivas, con negativas, me desespera.
Deseo alojarme, en el sagrado núcleo, de tu cuerpo.
Acariciando el jardín, lo más fructífero, tu firmamento.
Sutilmente al tocarte, tus manos siempre me alejan.
Ni visitando con visa. Tus despoblados pechos,
siempre te quejas.
Al pie de la letra, ya resignada, obedeces, inadmisibles reglas,
Me enfrento con un cuerpo irracional. Que no razona mis quejas.
Mientras envidio tu pijama, que disfruta del roce canela, exquisita tez
Yo te añoro, en mi soledad. Anhelando siempre, acariciar tu deliciosa piel.