En una tarde de lluvia, mis pasos, llegaron a ti.
sin mucha explicación nuestros ojos se encontraron
tú, temblando de frío, mientras yo pensaba en un abrigo.
El frío de nuestros cuerpos, reclamaban calor ante este frío.
entrelazados, nuestros cuerpos, mutuo amor ellos se brindaban
siendo su calor, dulces y suaves besos, mientras que el corazón se
agitaba, y aquellos fríos cuerpos, se calentaban con pasión.
Así, duró nuestra pena, que ya en la gloria del amor, me llenó de
su calor, mientras mi cuerpo, y mi alma, aquella tarde de frío, moría
por el veneno de un cruel amor, que no me dejo entrar a la gloria.
Terminó aquella tarde de frío, en donde tu mirada y la mía solo
buscaban refugio, mi piel se quedó impregnada de todo tu aroma
mientras te vestías para disponerte a partir, yo solo pensaba cómo
me iba a acostumbrar a tu querer, después de ése atardecer, cuando
en una tarde de frío, te entregué todo el amor que buscabas en mi piel.