Muro silencioso.
Sin puertas.
Sin ventanas.
El muro solitario deja de ser casa.
Caen corazones rojos perdidos,
muñones de gestos aprobatorios,
descruce de frases y saludos,
huérfanas canciones ya sin eco,
palabras ciegas e imágenes calladas
El que parecía un sólido muro
lega el musgo sin tiempo ni raíz.