Lady Necro

Nocturna

La noche se posa solemne, y yo, tan tibiamente humana, me siento aplastada por el inmenso cosmos que gira inmutable a mis ojos ensobrecidos.

 

¡Qué bello el poder mecerme en las estrellas! qué tierna envidia tengo a quienes, sumergidos entre los astros esfuman sus dolencias. Pero la tierra me tiene atrapada la carne en su frondoso y terco suelo. Y me resisto, me resisto a las ramas finas saludando por mi ventanas al filo de la nada y al canto del animal nocturno, herido de saberse sin palabras, y al bosque imaginario de mi instinto primitivo…  

 

Me disuelve el tiempo. La nostalgia me sostiene en la orilla del mundo entre sus blandos y cenizos brazos.