En la espera de la ternura cercana,
caminan mis ilusiones paso a paso.
Sueño con abrazos posibles,
con miradas sinceras,
llenas de complicidades.
Deseo que todas las pesadillas
que me aturden, se conviertan
en una conversación
a orillas del mar de la dulzura.
Deseo ser mujer libre
de hipotecas de placer,
de chantajes emocionales,
de mentiras con barnices
adulteradas y frías.
Quiero sentir, en mi vientre de mujer,
suaves masajes que inviten
a un horizonte de libertad,
sin amenazas y vacíos dolorosos.
Quiero, anhelo, que seamos
-tú hombre y yo mujer-
compañeros caminantes
con luz propia,
y así nuestros pasos
serán testigos
de plenitud amorosa.
Pedro Javier Martín Pedrós.