No fue necesario que me dijeras \"adiós\" ya me había percatado que jamás volverías,
porque así fue...
me acostumbré a tus besos,
e incluso a tu manera de pensar,
a leer tu mirada,
a descifrar todos tus gestos,
me aprendí de memoria hasta el sonido de tu respiración,
adivinar cada uno de tus pensamientos,
y saber perfectamente cual es un \"adiós\" sin fin y un \"adiós\" con final.