Te invito
a abandonar la cueva
que adornas con placeres
disfrazados de felicidad,
con sexo vestido de amor
y paredes pigmentadas
de la amargura,
alimentada por la frustración,
la tristeza,
el resentimiento.
Desde un olvidado rincón
de esa cavidad,
el monstruo de la depresión
espía tus funciones vitales;
mientras los ruidos internos
distorsionan tu realidad.
Detente,
tu templo interior se destruye,
las miserias lo saturan.
Allí,
en lo más profundo,
un leve rayo de luz,
te muestra la esencia de tu alma,
el amor.
Todo te lo pueden impedir;
pero,
no evitarán tu acción de amar.
Puedes ser
la vela que se extingue
al lado del otro
para hacerlo luz.
Puedes acogerlo
envolviéndolo en alegría,
en armonía y paz,
mientras sigues de paso.
A veces,
la tempestad
va cambiando tu ruta,
para bajarte en el lugar perfecto.
Simplemente,
hemos venido a aprender a amar,
a vivir con responsabilidad .
El amor,
es el artesano
que transforma todo;
es capaz de reajustar
mágicamente tu existencia.