A veces soy el agua que no has de beber.
A veces tanto hilo rojo me tajea las manos.
A veces vuelvo a ser el niño que corría con tijeras.
A veces me declaro el único culpable
Porque no atisbo felicidad sin tu sonrisa indolente.
A veces me exaspera tanta piedra sobre piedra
Tratando de hacer palabras.
A veces no sé qué hacer con el corso a contramano
Que me pasa cuando te pienso.
A veces vos sabrás más, a veces yo sé
Mejor.
A veces tu voz es maremoto, basural
En llamas, clavo de Cristo.
A veces tanto secreto que guardás
Se te ahúma en los ojos.
A veces vos también estás cansado,
Lo sé, generalmente vos también
Estás cansado.
A veces me alcanza con que me mires un rato
Para saber que estamos en el sitio correcto.
A veces veo el límite y me quedo un ratito,
Un ratito nomás, amando el precipicio
En el fondo
De tus ojos.