Espera que amanezca de nuevo, o anochezca otra vez, verás todo es igual, todas las veces, es la misma vez, la misma oportunidad de ver el tiempo ir o ir con él.
Estación por estación, corres y te desmayas, logras conciliar el sueño si te rindes ante la nada, mientras duermes solo existes y la existencia no tiene propósito, el propósito se hace a sí mismo, el universo es su propio propósito.
Y la soledad es un entramado de condenas y juicios, porque la nada es todo y todo es nada, qué importa, a nadie le importa nada. Unos se van y no dicen nada, nada qué decir o nada, nada.
Y los desastres que se provocan el sol y la luna, alguna marea alta podría ahogarte, no sabes nadar, el desastre provoca desastre.
Las cosas no tienen rostro pero tienen sentido, el sentido les da propósito, el propósito tiene sentido. El sentido transforma el suplicio en una condición, la condición es dar la vida por un motor. Porque el cansancio de la vida mata más que la muerte, y si la muerte es la razón de la vida, la vida, en un poco de nada se vuelve.