Miguel Angel Garrido

AÑOS DESPUÉS

“Las ruinas de aquel lugar seguro

de la infancia.”

Joan Margarit

 

No le saludan las caras inciertas

del barrio donde anduvo,

su infancia es un desierto

de cosas ya acabadas.

Aquellas noches de amigos y sueños,

edad que fue suya como la vida

o los combates del primer amor.

 

La calle hermosa y tan distante

concentra lo perdido con nostalgia,

los años de experiencias

y luz grabada a fuego en la mirada

que dentro suyo obliga a dejar atrás.

Paisajes donde sus ojos brillaron

al fondo de un presente azul oscuro.

 

Él busca los espacios que habitó,

la plaza llena de soledad

pintada contra ciegos horizontes.

Está triste y se cansa de evocar

instantes del ayer consumido,

la piel lujosa de las vacaciones

en unos días a los que llegó tarde.

 

Atrás quedó la amada ciudad,

tan sólo en sus recuerdos,

dejando un mar de ruinas,

fachadas rotas en caídas paredes.

Su estampa mira lejos,

tal las nubes que débilmente flotan

en una playa de octubre.

 

Pedazos del lugar confortable

que había en su niñez,

perdidas para siempre

las huellas de lo que un día ha sido.

Pasó el tiempo y ya todo es distinto,

hablar de ayer convierte

en cruel insistencia o mentira

aquello que no ha de volver.