Distancia, caminos, kilómetros, alejados, separados, desencontados, perdidos, hartos, cansados, peleados, enojados, al borde del colapso emocional, comunicados, preocupados, solos, acompañados, con preguntas, con respuestas, con llantos, con risas, con ganas, angustiados, contentos.
Nos extrañamos, nos hablamos, pero no podemos hacer más que aguantar, confiamos y desconfiamos, a veces nuestras propias inseguridades y miedos se apoderan de todo lo que hay al rededor de nosotros y de los pensamientos sin miramiento previo...
Amar a distancia, es la travesía más difícil de transitar del mundo, para dos amantes que aman con terquedad la cercanía mutua.
Amar a distancia, es cosa de dos.
Dos valientes, dispuestos a todo y a nada a la vez.
Dos personas aparentemente fuertes, pero que por dentro mueren de ganas por verse, rozar su piel uno con el otro, respirar el mismo aire y casi sentir la energía.
Amar a distancia, se trata de aferrarse a tus sentimientos más profundos, más reales, es tratar de traer al presente el momento justo en que sentiste amor verdadero y recordar al final de cada día, aquellas ocasiones en las que realmente experimentaste la felicidad, y te darás cuenta al fin que cada una de ellas, sucedieron en compañía de esa persona más que especial.
Aunque parece fácil, no lo es, hay veces en que la vulnerabilidad se apropia de tu identidad...
Y nuestras almas siguen buscándose en el frío y la tristeza de la más inmensa y profunda oscura noche.
Amar a distancia, es soportar, sacrificar, apoyar, comprender, escuchar, valorar, expresar, extrañar, esperar, hablar y hasta a veces callar, pero por sobre todo ser pacientes y saber amar, poder ser fuertes y aguantar, y al final de todo esto sabrás que valió la pena, todo lo que haga valdrá la pena si se trata de vos.