Me veo reflejada, sin quererlo, en palabras que no son mías.
Me disculpo al entender que... Aún queriendo, en el amor, soy fría
Me arrastro, despellejo, me torturo por esta vida que, aún sabiendo mia, la juzgo como si estuviera en unas manos que pudieran hacer de guía.
Pero el sentimiento es sordo, no escucha el dolor ni la agonía.
Te invita a la estudiez cuándo puede, cuando no; a la rutina.
Y así pasamos la vida, buscando el significado de algo que, o nunca lo tuvo o te dió una salida.