Tanto esperar el futuro y cuando llega no lo vemos... Llega convertido en presente. (Alejandro Díaz)
De aquella época inquieta
recuerdo que alguna vez
jugué con rines de bicicleta
en tiempos de mi niñez
Se buscaba un rin viejo
y se le quitaban lo rayos
y se corría parejo
con un tubito doblado.
El pequeño tubo o cabilla
era el manubrio singular
y de manera sencilla
podías correr y cruzar.
Al friccionar metal con metal
se producía un fuerte sonido;
era la alarma especial
que alertaba al distraído.
Cuantas veces las calles recorrí
empujando el metálico aro,
tiempos de verdad feliz
esos tiempos que pasaron.
Aunque ya envejecí
y casi ni correr puedo,
sigo recordando al rin
cuando jugaba en mi pueblo.