El ambiente propicia para el hombre
una fuente importante de alimentos,
en la tierra encontramos tratamientos
que le dan al humano bienestar.
Sus entrañas esconden los misterios
de culturas ignotas ancestrales
que cuidaron las plantas y animales,
un grandioso patrón para imitar.
La avaricia provoca el despiadado
exterminio de ambientes naturales,
dominando intereses comerciales
que provocan penosa destrucción,
importante aplicar con fortaleza
las medidas que sean necesarias
que eliminen las hordas mercenarias
responsables de tanta sinrazón.
Las montañas y mares custodiados
deben ser los propósitos urgentes;
los odiosos pensares displicentes
son conductas que apoyan la maldad.
La actitud deber ser proteccionista
vigilando el entorno de natura
de las fuerzas que causan desventura
es un hecho que exige voluntad.
El futuro que tímido se asoma
sobre campos de verdes esperanzas
se levanta con grandes añoranzas
presagiando un mañana de color,
nada fácil lograr esta quimera
pero unidas las voces bondadosas
se podrán alcanzar sensatas cosas
bajo el manto sublime del amor.