No basta que me des
una taza de café de vez en cuando.
Necesito además de tus ojos,
tus besos, tu cuerpo.
No es suficiente esa flor que a diario
colocas en un florero,
o el sonido de tus sandalias
por las mañanas al caminar.
Hacen falta en mis labios
tus rozados pezones,
en mis manos tus muslos,
en mi lecho tu piel.
Que te entregues toda entera.
En alma, vida, pensamiento.
Para así decirte lo que a diario siento
cuando te veo marchar.
Cuando te veo así casi creo que has olvidado
que nos unen muchas cosas
imposibles de borrar: Ríos, piedras,
conchas, mariposas y la espuma de la mar.
© Armando Cano